Para concluir la carrera universitaria de Derecho, al igual que en la mayoría de los programas de estudios universitarios, es necesario completar un período de «prácticas externas». En varias universidades, se ofrece la opción de elegir una asignatura optativa en lugar de realizar estas prácticas. Ahora bien, ¿cuál es el propósito de las prácticas externas?, ¿qué beneficios obtiene el estudiante?, ¿debería aprovechar la oportunidad y optar por esta asignatura de «prácticas externas»?
La principal contribución que el estudiante recibe al llevar a cabo las prácticas es, sin lugar a dudas, la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos. Durante la etapa universitaria se estudian diversas ramas del derecho, su regulación y los diferentes procesos de cada orden jurisdiccional. Aunque muchas universidades se esfuerzan en proporcionar una visión práctica de estas materias, no es hasta que el estudiante se enfrenta a un caso real cuando puede consolidar y organizar de manera efectiva los conocimientos previamente adquiridos.
La realización de las prácticas en un bufete de abogados brinda al estudiante la oportunidad de analizar desde dentro cómo funciona un despacho. Se adquiere una visión completa de las actividades cotidianas que realiza un abogado, que van desde el estudio de los casos, el contacto con los clientes, la asistencia a juicios, el asesoramiento preventivo, hasta las relaciones con colegas y la gestión de los asuntos legales.
Además, para el estudiante, tener la oportunidad de realizar las prácticas en un despacho multidisciplinar tiene un valor añadido. Esto le brinda la posibilidad de determinar qué área del derecho le atrae más, no solo basándose en lo que estudió durante la carrera, lo cual puede verse influenciado por el profesorado o la forma en que se desarrollaron las clases.
A esto también se debe agregar la invaluable red de contactos que se obtiene a través de las prácticas. En el despacho, el estudiante tiene la oportunidad de establecer relaciones con profesionales del sector de la abogacía, lo que le permite ir construyendo vínculos para el futuro.
En resumen, llevar a cabo las prácticas externas en un despacho de abogados brinda al estudiante la oportunidad de determinar si esta es realmente la profesión a la que desea dedicarse en el futuro. Además, le permite explorar diferentes ramas del derecho, contrastar experiencias con los profesionales que se dedican a ellas y establecer contactos valiosos en el campo. Esta experiencia, si el estudiante realmente la aprovecha, ofrece un crecimiento tanto a nivel profesional como personal para el alumno, fortaleciéndolo de cara a la elección de su trayectoria profesional.
Elena Hidalgo Montero, abogada